Bendita Inocencia

Al caminar por la calle veo un niño de unos 2 años recostado en su coche, el cual es tirado por su padre, el niño lleva lentes y un aparato que al parecer es para respirar, tiene un rostro cansado con una mirada perdida en el infinito, pero una piel tersa y bien cuidada,el se aferra a una mamadera con sus dos manitas, el padre es un tipo alto, serio y parece apurado y preocupado. Solo me basto mirarlo por 4 segundos para generar una sensacion de ternura y pena inmensas, lo imagine queriendo correr, jugar, reir y disfrutar de su infancia, pero limitado por alguna maldita enfermedad que le impide desarrollarse como corresponde. Inconsientemente se me vino mi pequeña hija a la cabeza, ella toda un torbellino queriendo tomarlo todo y hacerlo todo, con energia de sobra, riendo en cada nueva travesura que descubre y sin mas preocupacion que la siguiente diablura por hacer.
Esta pequeña criatura a quien la vida le da una prueba durisima de subsistencia no debe tener cuestionamientos ahora sobre su estado o sus limitaciones, porque su inocencia se lo impide, su inocencia exquisita solo le permite soñar con un porvenir mejor y aprovechar cada segundo de su corta vida.
Somos nosotros quienes apremiados por su estado nos complicamos y sufrimos, dificultando aun mas la vida de el. Nos falta esa inocencia de mirar por un instante solo el minuto que vivo y lograr una sonrisa que ilumine el rostro de este super hombre, o mejor dicho super niño, risas que seran su combustible energetico que le servira para soportar examenes, revisiones, intervenciones y quizas cuantas cosas mas.